Abogados, ¡piensen como ingenieros! La frase del título la expresó el Registrador Nacional en 1994 cuando se organizaban las primeras elecciones después de la Constitución de 1991. Nos habló a los asesores de la Dirección electoral que estábamos encargados de resolver las dudas, los vacíos y contradicciones del viejo Código Electoral y las novedades de la Constitución. Una de ellas, era la figura del vicepresidente, cuya elección, se estrenaba y era necesario adaptar los procedimientos de inscripción de candidaturas. Se necesitó de mucho ingenio para lograrlo, pero salimos adelante. Me impactó profundamente la citada expresión, y me obligó a pensar que en las facultades de derecho seguíamos enseñando a los estudiantes a expresarse en forma complicada, usando expresiones en latín y confundiendo al interlocutor. Mi reacción en ese momento fue darle la razón al Registrador y hacer el autoexamen de mi propia realidad, que comparto ahora después de tantos años con mis lectores. ...
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